La elaboración de mermelada casera es una opción para comer saludable sin ningún tipo de aditivo. Hoy en día la sirven como una auténtica delicatessen en restaurantes con queso sobre una buena rebanada de pan. Ya se que suena muy raro mermelada de tomate, un alimento que estamos acostumbrados a comerlo en las ensaladas o salsas, tenerlo que imaginar con un sabor dulce. Realmente no sabe a tomate, pero deciros que es exquisita. Cuando hacemos cenas en casa con amigos siempre preguntan ¿ De que es? De tomate. ¿De tomate???? Y luego, cuando la prueban están todos encantados. Aunque os tengo que decir que mi forma de comerla des de bien pequeña no era acompañando ningún tipo de queso, sinó con una rebanada de pan con mantequilla y mermelada y me encantaba. Así que he versionado la receta que preparaba mi madre, y he quitado todas esas calorías innecesarias. La receta es muy fácil y rápida de preparar. Es ideal si disponemos de tomates de casa ya que su sabor es mucho más bueno e intenso. Tienen que estar maduros, pelados y despepitados. Yo he utilizado botes de conserva de tomate que tengo de casa, pero sinó tenéis os sirve cualquier tomate triturado natural así os ahorráis el pelar, despepitar.. Podéis utilizarla para acompañar, panquecas, crepes, bizcochos o una rebanada de pan integral en el momento del desayuno ya que al ser de tomate tiene un aporte calórico muy reducido.
Ingredientes
- 550 gr de tomate natural triturado
- 2 cucharas de café de edulcorante líquido
- 1/2 rama de canela
- Piel de limón
- 2 Hojas de gelatina
Elaboración
- Pon en un cazo los 550 gr de tomate.
- Cuando empiece a hervir añade la canela, la piel de limón y el edulcorante.
- Deja cocer hasta que se evapore todo el agua del tomate, aproximadamente unos 30 minutos. La mermelada está cuando no quede líquido.
- Introduce ahora las 2 láminas de gelatina hidratadas y remueve hasta que se deshagan.
- Tritura con una batidora.
- Ponlo en un tarro.
- Deja enfriar.
- Conserva en la nevera